- Planificación:
Realizar un análisis previo de las necesidades eléctricas y de carga de la instalación para determinar los requisitos de la red de baja tensión. Esto incluye considerar la distribución de los puntos de conexión, la capacidad de carga estimada y la ubicación de los dispositivos de protección.
- Selección de cables y equipos:
Utilizar cables y equipos apropiados para la red de baja tensión, asegurando que cumplan con las normas y regulaciones eléctricas vigentes. Es fundamental considerar la capacidad de corriente, la resistencia a la tensión y la adecuación para el entorno en el que se instalarán.
- Aislamiento y protección:
Garantizar un aislamiento adecuado de los cables y componentes de la red para prevenir fugas eléctricas y minimizar los riesgos de contacto accidental. Además, se deben instalar dispositivos de protección como interruptores diferenciales y fusibles para prevenir sobrecargas y cortocircuitos.
- Puesta a tierra:
Realizar una correcta puesta a tierra de la red de baja tensión para asegurar la protección contra descargas eléctricas y garantizar la estabilidad del sistema. Esto implica la conexión de los conductores de tierra a electrodos de tierra adecuados y verificar periódicamente su funcionamiento.
- Mantenimiento regular:
Realizar inspecciones y mantenimiento periódico de la red de baja tensión para detectar y solucionar posibles problemas o deterioros. Esto incluye verificar las conexiones, limpiar y revisar los dispositivos de protección, y realizar pruebas de funcionamiento y seguridad.
- Cumplimiento normativo:
Asegurarse de cumplir con las normas y regulaciones eléctricas locales y nacionales para garantizar la seguridad y la conformidad de la red de baja tensión. Esto implica seguir los estándares de instalación, utilizar equipos certificados y realizar las revisiones requeridas por los organismos competentes.